LA MACROESTRUCTURA.-
El prefijo MACRO significa el todo, lo global. Cuando nuestra mente trabaja a nivel de macroestructuras está realizando un proceso muy complejo porque tiene que buscar en el todo textual la idea que le dé sentido, la idea que impregne de todo, la idea que sintetice el todo.
La macroestructura consiste en determinar aquella proposición que contiene el tema o idea principal que se desarrolla en el párrafo. Todo párafo plantea un tema o una idea del tema. El tema o la idea se plantea en una o varias proposiciones (microestructuras). Encontrar la macroestructura implica determinar cuál de las proposiciones contiene la idea central..
Para tener presente
En los estudios realizados para tratar de explicar el funcionamiento de la memoria en el proceso de comprensión de un texto se han identificado tres operaciones o macrorreglas que le permiten al lector captar la idea central o macroestructura.
Supresión-selección: Se utiliza cuando aparece una secuencia de proposiciones. Se suprimen aquellas proposiciones que no desarrollan el tema central, sino que plantean una idea del tema en desarrollo. Muchas veces la idea central aparece en una proposición del párrafo; puede ser al comienzo, en la mitad o al final del párrafo. En ese caso se selecciona la proposición que contiene la macroestructura y se eliminan las proposiciones secundarias.
Generalización: Se emplea cuando aparece una secuencia de proposiciones y la idea central no aparece definida claramente sino que se desarrolla en varias proposiciones. En ese caso se debe elaborar una proposición que contenga la idea principal que se desarrolla en varias proposiciones.
Construcción: Se usa cuando aparece una secuencia de proposiciones y la idea central no aparece en ninguna proposición. En ese caso el lector debe hacer un ejercicio más profundo para deducir la idea principal que el autor no quiso escribir en el párrafo. El lector construye una proposición con la idea central no planteada por el autor.
No olvide…
Dentro del proceso de comprensión de un texto, la macroestructura cumple tres funciones:
• Proporciona una coherencia global a las proposiciones que conforman el párrafo o el texto.
• Individualiza la información, es decir, determina el grado de importancia de una proposición con respecto de otra.
• Permite reducir extensos fragmentos de información en un menor número de de ideas manejables.
La macroestructura consiste en determinar aquella proposición que contiene el tema o idea principal que se desarrolla en el párrafo. Todo párafo plantea un tema o una idea del tema. El tema o la idea se plantea en una o varias proposiciones (microestructuras). Encontrar la macroestructura implica determinar cuál de las proposiciones contiene la idea central..
Para tener presente
En los estudios realizados para tratar de explicar el funcionamiento de la memoria en el proceso de comprensión de un texto se han identificado tres operaciones o macrorreglas que le permiten al lector captar la idea central o macroestructura.
Supresión-selección: Se utiliza cuando aparece una secuencia de proposiciones. Se suprimen aquellas proposiciones que no desarrollan el tema central, sino que plantean una idea del tema en desarrollo. Muchas veces la idea central aparece en una proposición del párrafo; puede ser al comienzo, en la mitad o al final del párrafo. En ese caso se selecciona la proposición que contiene la macroestructura y se eliminan las proposiciones secundarias.
Generalización: Se emplea cuando aparece una secuencia de proposiciones y la idea central no aparece definida claramente sino que se desarrolla en varias proposiciones. En ese caso se debe elaborar una proposición que contenga la idea principal que se desarrolla en varias proposiciones.
Construcción: Se usa cuando aparece una secuencia de proposiciones y la idea central no aparece en ninguna proposición. En ese caso el lector debe hacer un ejercicio más profundo para deducir la idea principal que el autor no quiso escribir en el párrafo. El lector construye una proposición con la idea central no planteada por el autor.
No olvide…
Dentro del proceso de comprensión de un texto, la macroestructura cumple tres funciones:
• Proporciona una coherencia global a las proposiciones que conforman el párrafo o el texto.
• Individualiza la información, es decir, determina el grado de importancia de una proposición con respecto de otra.
• Permite reducir extensos fragmentos de información en un menor número de de ideas manejables.
La macroestructura textual es el contenido semántico global que representa el sentido de un texto. Para que un texto se reciba como una unidad de comunicación ha de poseer un núcleo informativo fundamental, que es el asunto del que trata o tema. La macroestructura textual, pues, es un concepto cercano al de tema o asunto del texto, reinterpretados en el marco del análisis del discurso.
La acuñación del concepto macroestructura se debe al lingüista holandés T. A. Van Dijk (1977, 1978, 1980). Según Van Dijk, el texto organiza su contenido en el plano global en dos tipos deestructuras: las denominadas macroestructura y superestructura textuales. La macroestructura constituye la estructura semántica del conjunto del texto; la superestructura representa la forma como se organiza la información en el texto, esto es, la estructura textual formal. Por ejemplo, en un cuento, la macroestructura se formula en términos del tema que trata (un viaje iniciático, un descubrimiento, una relación amorosa, etc.); por su parte, la superestructura define el esquema adoptado para abordar el tema textual: en el ejemplo, las partes constitutivas del cuento (situación inicial, nudo o complicación, acciones, etc.). Aunque macroestructura y superestructura se complementan, son estructuras textuales independientes entre sí. Un cuento tradicional, siguiendo con el ejemplo, presenta siempre la misma superestructura; en cambio, puede tratar muy distintos temas, es decir, puede presentar diferentes macroestructuras.
Si una secuencia de oraciones carece de tema global o macroestructura, el conjunto es percibido como una sucesión de enunciados incoherentes, y, por lo tanto, no llega a constituirse como texto. La macroestructura, en este sentido, es un mecanismo de coherencia textual. El tema no tiene por qué estar nombrado explícitamente en el texto: si lo está hablamos de palabra temática u oración temática, que tiene la relevante función de poner al lector en condiciones de construir la macroestructura correcta, pues señala el probable tema del resto del discurso, de modo que ya no es necesario que el lector lo construya.
El concepto de macroestructura es un concepto relativo: hace referencia tanto al tema global del texto como a temas locales que se desarrollan en determinados fragmentos. Al mismo tiempo, a modo de muñecas rusas, los subtemas de determinados fragmentos textuales pueden presentar también otros subtemas relacionados, que constituyen por lo tanto su propia macroestructura. De todos modos, en sentido estricto, la macroestructura del texto será la más general y global, mientras que determinadas partes del texto también podrán tener sendas macroestructuras locales. Como resultado se obtiene una estructura textual jerárquica de las macroestructuras en diferentes niveles. Dependerá de la extensión y de la diversidad de asuntos que aborde un texto el hecho de que presente una estructura semántica o macroestructura más o menos compleja y jerarquizada. Las frases del texto que expresan macroestructuras se denominan macroproposiciones secuencias de oraciones que resumen la información global del texto y de los fragmentos con entidad temática; a estas macroproposiciones se llega con la aplicación de las macrorreglas u operaciones cognitivas que realiza el lector u oyente para extraer la macroestructura de un texto.
El concepto de macroestructura textual ha incidido en las prácticas de comprensión lectora y en general en el procesamiento de información. Para reducir y organizar grandes cantidades de información (sea en la producción o en la recepción), es útil conocer los mecanismos por los que es posible construir discursos coherentes, en tanto que presentan un sentido global, con diferentes niveles de especificidad o macroestructuras.
LA MICROESTRUCTURA.-
Entendemos por microestructura las informaciones que puede contener un artículo de diccionario, la manera como están representadas y el orden en el que aparecen. En esta fase, el lexicógrafo tiene que tomar varias decisiones sobre elementos considerados generalmente obligatorios y elementos considerados optativos.
Información morfológica: paradigma de flexión y representación de las irregularidades
En la macroestructura, el lexicógrafo ha decidido si quiere elaborar un diccionario de formas o de lemas y las características que tendrá la entrada. En este punto, tiene que tomar una serie de decisiones condicionadas por lo que se ha escogido en la etapa anterior.
En primer lugar, tiene que decidir cómo se representará el paradigma de flexión, pero las opciones son distintas según lo que se haya decidido anteriormente.
- En caso de que se esté elaborando un diccionario de formas, la información sobre el paradigma de flexión se puede dar dentro de la definición misma, mediante una etiqueta o bien en una nota.
- En caso de que se quiera crear un diccionario de lemas, la información sobre el paradigma de flexión también se puede dar dentro de la definición, mediante una etiqueta o bien en una nota. Además, también cabe la posibilidad de darla en la entrada.
La fase seguiente dentro de la definición de la microestructura consiste en establecer si se recogen formas irregulares y cómo se recogen. Una vez más, las opciones varían según el tipo de diccionario que se pretenda elaborar.
- Tanto en los diccionarios de lemas sin formas irregulares como en los diccionarios de lemas con formas irregulares pero sin adjuntos, se pueden indicar las formas irregulares en la definición, mediante una etiqueta o en una nota.
- Si se está elaborando un diccionario de lemas con formas irregulares que incorpore adjuntos, las formas irregulares se pueden indicar del mismo modo que en los casos anteriores --es decir, en la definición, en una etiqueta o en una nota--, pero también en la entrada.
Si en la macroestructura el lexicógrafo ha decidido que elaborará un diccionario de lemas, en esta fase de la microestructura tiene que determinar qué será lema y qué será adjunto (si quiere incluir adjuntos). En este caso, las decisiones se presentan en procesos de interrogación distintos para los verbos regulares, los verbos irregulares, los sustantivos y los adjetivos porque tienen comportamientos diferentes.
a) Verbos de flexión regular
- La primera decisión consiste en establecer qué será lema en los verbos regulares. En nuestra tradición, el lema de los verbos suele ser el infinitivo, pero esto no evita que el lexicógrafo tenga que decidir si sigue esta tradición o la rompe escogiendo otras formas, como la primera persona del singular del presente de indicativo.
- A continuación, se tiene que decidir si se quieren incluir adjuntos al lema y, si es así, qué tipo de adjuntos. Las opciones previstas son el participio únicamente, el participo, el imperfecto y el futuro, y otras formas.
- Finalmente, se tiene que decidir si se marca la flexión regular y, si es así, cómo se marca. Las opciones son marcar tipográficamente la terminación (por ejemplo, "cantar") o bien incluir un adjunto con otras terminaciones (por ejemplo, "cantar, -ado, -aba, -aré").
- En primer lugar, se tiene que decidir si los verbos irregulares tendrán la misma entrada que los regulares, es decir, el mismo lema, los mismos adjuntos y la misma representación de la flexión. Si es así, no se tienen que responder más preguntas en este apartado. En caso contrario, la interrogación continúa con las preguntas siguientes:
- Primero se tiene que decidir qué será lema. Como en el caso anterior, nuestra tradición lexicográfica lematiza los verbos con el infinitivo pero el lexicógrafo tiene que decidir si sigue esta tradición o bien escoge otras formas, como la primera persona del singular del presente de indicativo.
- A continuación, se debe decidir la inclusión o no de adjuntos. Si se incluyen, se debe determinar qué tipo. Las posibilidades que se ofrecen son las siguientes: formas irregulares; participo; participio, imperfecto y futuro, y otras formas. La diferencia respecto de los irregulares es que, en este caso, cabe la posibilidad de incluir como adjuntos las formas irregulares.
Para los substantivos también se tiene que escoger qué será lema y qué será adjunto al lema. Para definirlo mejor, en el proceso de interrogación se presentan preguntas independientes para los sustantivos con flexión de plural, para los sustantivos con doble género y para los sustantivos que tienen dos géneros para una misma forma. De este modo se cubren todas las opciones posibles.
Flexión de plural
- En el caso de sustantivos con flexión de plural, se puede incluir únicamente el lema en singular (excepto en los defectivos) o bien el lema en singular y el adjunto en plural.
- Esta última opción se puede adoptar sistemáticamente o bien sólo cuando haya irregularidades o cuando se deba prescribir.
- También se tiene que decidir si se quiere incluir únicamente la terminación del adjunto o bien la forma completa. Por ejemplo, "ángel, -es" (terminación), "lápiz lápices" (forma completa), "atlas atlas" (forma completa), "dosis dosis" (forma completa).Flexión de género
- En el caso de los sustantivos con doble género, se puede incluir un solo lema o un lema con adjunto.
- En cuanto al lema, aunque nuestra tradición lexicográfica lematiza con la forma masculina, el lexicógrafo tiene que determinar si quiere seguir esta tradición.
- La forma del adjunto dependerá de la unidad que se haya escogido como lema. Una vez más, también se tiene que establecer si se quiere un adjunto que contenga sólo la terminación o bien la forma entera.
- Finalmente, en los sustantivos que tienen dos géneros para una misma forma, las opciones que se proponen son incluir un adjunto con artículo o bien poner alguna marca en la entrada. Nos referimos a unidades como "artista", "pianista" o "indígena", con una misma forma para el masculino y el femenino.
En cuanto a los adjetivos, también se tiene que establecer qué será lema y qué será adjunto, en el caso de que se decida incorporar adjuntos al lema. Para facilitar la selección, distinguimos la flexión de singular de la flexión de plural.
Flexión de singular
- Si tienen una sola terminación en la flexión de singular, se puede decidir incluir un solo lema o bien repetir la misma forma en el lema y en el adjunto. Por ejemplo, "feliz feliz" o "agradable agradable".
- Si tienen dos terminaciones en la flexión de singular, se puede optar por poner sólo el lema (masculino o femenino) o el lema y el adjunto (con las dos combinaciones posibles).
- Si se ha optado por incluir adjunto, se tiene que determinar si se presentará bajo la forma completa o solamente con la terminación. Por ejemplo, "bonito bonita" (forma completa) frente a "bonito, -a" (terminación del adjunto al lema).
Flexión de plural
- En primer lugar, se tiene que determinar si se quiere presentar solamente el lema o bien el lema y el adjunto.
- En caso de que se quieran incluir adjuntos al lema, se tiene que decidir si se presentará el lema en singular y el adjunto en plural siempre, nunca o sólo cuando presente irregularidades o se deba prescribir. En este caso, tanto pueden ser unidades con una sola forma para el plural (por ejemplo, "isósceles") como unidades léxicas con dos terminaciones de plural (por ejemplo, "pequeños, -as").
- Una vez más, se tendrá que establecer si se incluye la forma entera del adjunto o únicamente la terminación.
La seguiente decisión afecta las variantes de las formas flexivas. En primer lugar, se tiene que decidir si se quiere incluir más de una variante y, si es así, su ordenación. Los posibles criterios de ordenación de las variantes son los siguientes: orden alfabético, orden histórico, orden de frecuencia y la opción "otros", que abarca otros criterios no previstos en este proceso de interrogación.
En este punto el lexicógrafo tiene que definir el modo de representación de la categoría gramatical, ya sea de manera tradicional o mediante códigos alternativos. Un sistema de codificación tradicional sería el que encontramos en el Diccionario Actual de la Lengua Española de Vox-Biblograf, en el que la categoría gramatical se indica mediante abreviaturas después del lema. Un ejemplo de codificación alternativa sería la utilizada en el Collins Cobuild English Dictionary, que incorpora la información en una columna adicional.
Aunque no se suele considerar un elemento obligatorio, el lexicógrafo tiene que decidir si incluirá información sobre la pronunciación en el diccionario que está elaborando. El hecho de incluir la pronunciación implica aceptar un determinado estándar oral. También se debe decidir si esta información se incluirá en todas las entradas y su modo de representación, es decir, los signos que se utilizarán para la transcripción fonética. En este caso, el lexicógrafo puede escoger entre el Alfabeto Fonético Internacional (AFI) y otros sistemas no previstos en la interrogación.
Se trata de un ítem optativo y el lexicógrafo debe decidir si lo incluye o no, y si lo incorpora en todas las entradas o sólo en una selección. También debe decidir qué grado de información quiere dar: la información etimológica completa o sólo la lengua de origen. Cuando se quiera dar información completa, se puede incluir la datación más antigua conocida de la palabra y la etimología de la palabra, con la lengua de la que procede.
Otra información que el lexicógrafo puede incluir es la partición silábica. Si opta por incluirla, también tiene que determinar si este tipo de información aparecerá en todos los artículos o sólo en una selección; es decir, puede incluir esta información en todas las entradas o bien solamente en aquellas que planteen problemas a la hora de separar las sílabas. Este tipo de datos se suele considerar pertinente para los diccionarios destinados a la producción pero no para la recepción.
La definición es una información central del artículo lexicográfico pero, pese a ello, el lexicógrafo tiene que decidir si quiere incluir definiciones y cuántas quiere incluir. Si el lexicógrafo se decide por más de una --práctica habitual en los diccionarios generales de lengua--, eso implica que las entradas darán cuenta de la polisemia, es decir, de las distintas acepciones del lema. Ante este fenómeno, el lexicógrafo debe tomar algunas decisiones sobre cómo ordenará las acepciones y cómo representará las subordinaciones de unos significados a otros, es decir, de qué modo establecerá jerarquías entre los significados.
Las acepciones, en los DGL, están ordenadas según un criterio que el lexicógrafo ha decidido previamente. Los manuales de lexicografía presentan puntos de vista distintos a la hora de establecer los posibles criterios de ordenación de acepciones, que se pueden basar en la etimología, en el testimonio histórico, en el encadenamiento lógico de significados y en el uso. En el momento de elaborar el diccionario, el lexicógrafo tiene que decidir el sistema de ordenación que utilizará.
Una vez determinado el número de acepciones que incluirán las entradas y la ordenación de dichas acepciones, se tiene que decidir qué tipos de definiciones se utilizarán en el diccionario. En primer lugar, el lexicógrafo tendrá que decidir la forma de la definición. Las opciones que presentamos son:
- Definición por paráfrasis: se define el contenido referencial de una unidad léxica mediante un sintagma con el mismo contenido referencial, es decir, mediante una reformulación.
- Definición por sinonimia: estas definiciones se basan en relaciones léxicas y definen el lema mediante uno o más sinónimos que, al mismo tiempo, pueden funcionar como remisiones. Estas definiciones ahorran mucho espacio pero obligan al usuario a hacer una búsqueda más larga.
A continuación, tendrá que establecer las definiciones que utilizará según el tipo de unidad definida:
- Definición metalingüística: se trata de definiciones que explicitan la función de la unidad léxica definida. Se suelen utilizar en palabras de tipo gramatical que no tienen significado léxico.
- Definición por comprehensión: las definiciones por comprehensión definen el significado conceptual de una unidad. Generalmente constan de un descriptor genérico más una serie de diferenciadores; en otras palabras, la clase más los rasgos.
Finalmente, el lexicógrafo tendrá que decidir si incluye remisiones o no.
- Definición por remisión: estas definiciones remiten a otra unidad de la nomenclatura del diccionario y en algunos diccionarios también se marcan tipográficamente.
La marca de uso representa una explicitación de las situaciones y contextos en los que puede aparecer una determinada expresión. El lexicógrafo tiene que decidir si utilizará marcas de uso, qué tipo de marcas y cómo las representará, ya sea en forma de etiqueta o en forma de glosa dentro de la definición. Las marcas pueden ser de varios tipos: temáticas, dialectales, diacrónicas, sociolectales o dianormativas.
- Temáticas : las marcas temáticas hacen referencia al área de conocimiento. Algunos ejemplos de marcas del Diccionario Actual de la Lengua Española (DALE) son "ASTROL." (Astronomía) o "BOT." (Botánica). Estas indicaciones también se podrían dar dentro de la definición añadiendo "en astrología..." o "en botánica".
- Dialectales: las marcas dialectales reflejan la variación geográfica. Ejemplos del DALE de marca dialectal en forma de etiqueta son "Méj." (Méjico) o "Colomb." (Colombia). La variación dialectal también se puede representar dentro de la definición mediante expresiones del tipo "en algunas regiones" o "en Latinoamérica".
- Diacrónicas: las marcas diacrónicas reflejan la variación temporal. Ejemplos procedentes del DALE en forma de etiqueta son "ant." (anticuado o antiguo) o "desus." (desusado). Igual que en los casos anteriores, también se puede representar la variación diacrónica dentro de la definición utilizando expresiones del tipo "antiguamente".
- Sociolectales: las marcas sociolectales reflejan la variación social. Un ejemplo del DALE de etiqueta que refleja la variación sociolectal es "vulg." (vulgar o vulgarismo). Como en los casos anteriores, también se podría indicar esta variación dentro de la definición.
- Dianormativas: las marcas dianormativas reflejan la normatividad o no normatividad de las unidades léxicas. En el Gran Diccionari de la Llengua Catalana (GDLC), por ejemplo, un cuadratín delante del lema indica que el lema aparece en el Diccionari de la Llengua Catalana de l'Institut d'Estudis Catalans (DIEC) y que, por lo tanto, es una unidad recogida por el diccionario normativo, aunque eso no significa que la entrada contemple exactamente las mismas acepciones y/o significados. La información dianormativa también puede aparecer dentro de la definición.
Un DGL puede contener textos breves que sirven para ejemplificar el funcionamiento sintáctico, semántico y pragmático de la palabra de la entrada. Si el lexicógrafo ha decidido incoporar textos ejemplificadores en su diccionario, puede escoger entre ejemplos, citas o contextos.
- Si opta por ejemplos, los puede extraer de un corpus o bien los puede construir él mismo ad hoc.
- Si decide incluir citas, tiene que establecer si las seleccionará según la autoridad o según la fecha.
- Los contextos son frases o segmentos de frases en los que aparece la unidad definida. Los contextos pueden ser definitorios, si cumplen precisamente esta función, o pueden mostrar cómo funciona una determinada unidad en un texto real sin explicitar su significado.
Un DGL puede incluir, en las informaciones que contiene cada artículo, una lista de palabras relacionadas semánticamente con la entrada. Estas informaciones no se suelen considerar obligatorias.
Ante esta posibilidad, el lexicógrafo tiene que establecer si quiere incluir información de este tipo. En concreto, puede dar información sobre:
- sinónimos: variantes denominativas de un mismo concepto.
- hiperónimos: unidades que, dentro de un campo semántico, están en una jerarquía superior e incluyen a otros. Sería el caso de "vehículo" respecto de "coche", "autobús" o "avión".
- hipónimos: sería el caso inverso a los hiperónimos; es decir, "coche", "autobús" o "avión" son hipónimos de "vehículo".
- antónimos: unidad de sentido contrario a otra. Por ejemplo, "nuevo" respecto de "viejo" y al contrario.
Otra información que pueden contener algunos artículos del diccionario es la lista de miembros pertenecientes a la serie derivativa de la entrada. Esta información, si bien es optativa, puede ser interesante cuando en la nomenclatura del diccionario se ha decidido no incluir derivados predecibles, como los adverbios acabados en "mente". En este punto el lexicógrafo tiene que decidir si incluye o no miembros de la serie derivativa de la entrada, si las palabras que incluye son también entradas del diccionario y qué entradas debe contener la serie derivativa que quiere incoroporar.
Por otro lado, el usuario también debe decidir si incluirá la categoría gramatical de la palabra derivada.
Algunos artículos del diccionario también pueden contener una muestra de palabras compuestas que incluyan al lema como uno de sus formantes. Esta información es especialmente útil en el caso de formas prefijadas y sufijadas ya que permite al usuario del DGL inferir el procedimiento de composición. En este punto el lexicógrafo tiene que establecer si incluye o no palabras compuestas, si las palabras que incluye son también entradas del diccionario y qué entradas tienen que contener una muestra de este tipo de palabras.
Por otro lado, el usuario también debe decidir si incluirá la categoría gramatical de la palabra compuesta.
A pesar de que esta interrogación es exhaustiva, puede ser que el lexicógrafo quiera añadir algún campo no previsto. Por este motivo ofrecemos la posibilidad de incluir un campo adicional a la base de datos lexicográfica que se podrá llenar con lo que el lexicógrafo considere adecuado: notas sobre uso, indicaciones gramaticales, etc.
En la decisión sobre la unidad lexicográfica de la nomenclatura, se ha establecido qué será entrada y qué será subentrada. Todas las preguntas que se han planteado hasta el momento respecto a la microestructura hacían referencia a las entradas y establecían su tratamiento. En este punto de la interrogación, el lexicógrafo tiene que decidir si quiere tratar las subentradas del mismo modo. Si es así, no hace falta repetir el proceso de interrogación, ya que el programa guardará automáticamente la misma configuración. En caso contrario, el lexicógrafo repetirá el mismo proceso de interrogación, pero esta vez en referencia a las subentradas.
En este punto el lexicógrafo tiene que definir el modo de representación de la categoría gramatical, ya sea de manera tradicional o mediante códigos alternativos. Un sistema de codificación tradicional sería el que encontramos en el Diccionario Actual de la Lengua Española de Vox-Biblograf, en el que la categoría gramatical se indica mediante abreviaturas después del lema. Un ejemplo de codificación alternativa sería la utilizada en el Collins Cobuild English Dictionary, que incorpora la información en una columna adicional.
Aunque no se suele considerar un elemento obligatorio, el lexicógrafo tiene que decidir si incluirá información sobre la pronunciación en el diccionario que está elaborando. El hecho de incluir la pronunciación implica aceptar un determinado estándar oral. También se debe decidir si esta información se incluirá en todas las entradas y su modo de representación, es decir, los signos que se utilizarán para la transcripción fonética. En este caso, el lexicógrafo puede escoger entre el Alfabeto Fonético Internacional (AFI) y otros sistemas no previstos en la interrogación.
Se trata de un ítem optativo y el lexicógrafo debe decidir si lo incluye o no, y si lo incorpora en todas las entradas o sólo en una selección. También debe decidir qué grado de información quiere dar: la información etimológica completa o sólo la lengua de origen. Cuando se quiera dar información completa, se puede incluir la datación más antigua conocida de la palabra y la etimología de la palabra, con la lengua de la que procede.
Otra información que el lexicógrafo puede incluir es la partición silábica. Si opta por incluirla, también tiene que determinar si este tipo de información aparecerá en todos los artículos o sólo en una selección; es decir, puede incluir esta información en todas las entradas o bien solamente en aquellas que planteen problemas a la hora de separar las sílabas. Este tipo de datos se suele considerar pertinente para los diccionarios destinados a la producción pero no para la recepción.
La definición es una información central del artículo lexicográfico pero, pese a ello, el lexicógrafo tiene que decidir si quiere incluir definiciones y cuántas quiere incluir. Si el lexicógrafo se decide por más de una --práctica habitual en los diccionarios generales de lengua--, eso implica que las entradas darán cuenta de la polisemia, es decir, de las distintas acepciones del lema. Ante este fenómeno, el lexicógrafo debe tomar algunas decisiones sobre cómo ordenará las acepciones y cómo representará las subordinaciones de unos significados a otros, es decir, de qué modo establecerá jerarquías entre los significados.
Las acepciones, en los DGL, están ordenadas según un criterio que el lexicógrafo ha decidido previamente. Los manuales de lexicografía presentan puntos de vista distintos a la hora de establecer los posibles criterios de ordenación de acepciones, que se pueden basar en la etimología, en el testimonio histórico, en el encadenamiento lógico de significados y en el uso. En el momento de elaborar el diccionario, el lexicógrafo tiene que decidir el sistema de ordenación que utilizará.
Una vez determinado el número de acepciones que incluirán las entradas y la ordenación de dichas acepciones, se tiene que decidir qué tipos de definiciones se utilizarán en el diccionario. En primer lugar, el lexicógrafo tendrá que decidir la forma de la definición. Las opciones que presentamos son:
- Definición por paráfrasis: se define el contenido referencial de una unidad léxica mediante un sintagma con el mismo contenido referencial, es decir, mediante una reformulación.
- Definición por sinonimia: estas definiciones se basan en relaciones léxicas y definen el lema mediante uno o más sinónimos que, al mismo tiempo, pueden funcionar como remisiones. Estas definiciones ahorran mucho espacio pero obligan al usuario a hacer una búsqueda más larga.
A continuación, tendrá que establecer las definiciones que utilizará según el tipo de unidad definida:
- Definición metalingüística: se trata de definiciones que explicitan la función de la unidad léxica definida. Se suelen utilizar en palabras de tipo gramatical que no tienen significado léxico.
- Definición por comprehensión: las definiciones por comprehensión definen el significado conceptual de una unidad. Generalmente constan de un descriptor genérico más una serie de diferenciadores; en otras palabras, la clase más los rasgos.
Finalmente, el lexicógrafo tendrá que decidir si incluye remisiones o no.
- Definición por remisión: estas definiciones remiten a otra unidad de la nomenclatura del diccionario y en algunos diccionarios también se marcan tipográficamente.
La marca de uso representa una explicitación de las situaciones y contextos en los que puede aparecer una determinada expresión. El lexicógrafo tiene que decidir si utilizará marcas de uso, qué tipo de marcas y cómo las representará, ya sea en forma de etiqueta o en forma de glosa dentro de la definición. Las marcas pueden ser de varios tipos: temáticas, dialectales, diacrónicas, sociolectales o dianormativas.
- Temáticas : las marcas temáticas hacen referencia al área de conocimiento. Algunos ejemplos de marcas del Diccionario Actual de la Lengua Española (DALE) son "ASTROL." (Astronomía) o "BOT." (Botánica). Estas indicaciones también se podrían dar dentro de la definición añadiendo "en astrología..." o "en botánica".
- Dialectales: las marcas dialectales reflejan la variación geográfica. Ejemplos del DALE de marca dialectal en forma de etiqueta son "Méj." (Méjico) o "Colomb." (Colombia). La variación dialectal también se puede representar dentro de la definición mediante expresiones del tipo "en algunas regiones" o "en Latinoamérica".
- Diacrónicas: las marcas diacrónicas reflejan la variación temporal. Ejemplos procedentes del DALE en forma de etiqueta son "ant." (anticuado o antiguo) o "desus." (desusado). Igual que en los casos anteriores, también se puede representar la variación diacrónica dentro de la definición utilizando expresiones del tipo "antiguamente".
- Sociolectales: las marcas sociolectales reflejan la variación social. Un ejemplo del DALE de etiqueta que refleja la variación sociolectal es "vulg." (vulgar o vulgarismo). También se podría indicar esta variación dentro de la definición.
- Dianormativas: las marcas dianormativas reflejan la normatividad o no normatividad de las unidades léxicas. En el Gran Diccionari de la Llengua Catalana (GDLC), por ejemplo, un cuadratín delante del lema indica que el lema aparece en el Diccionari de la Llengua Catalana de l'Institut d'Estudis Catalans (DIEC) y que, por lo tanto, es una unidad recogida por el diccionario normativo, aunque eso no significa que la entrada contemple exactamente las mismas acepciones y/o significados. La información dianormativa también puede aparecer dentro de la definición.
Un DGL puede contener textos breves que sirven para ejemplificar el funcionamiento sintáctico, semántico y pragmático de la palabra de la entrada. Si el lexicógrafo ha decidido incoporar textos ejemplificadores en su diccionario, puede escoger entre ejemplos, citas o contextos.
- Si opta por ejemplos, los puede extraer de un corpus o bien los puede construir él mismo ad hoc.
- Si decide incluir citas, tiene que establecer si las seleccionará según la autoridad o según la fecha.
- Los contextos son frases o segmentos de frases en los que aparece la unidad definida. Los contextos pueden ser definitorios, si cumplen precisamente esta función, o pueden mostrar cómo funciona una determinada unidad en un texto real sin explicitar su significado
Un DGL puede incluir, en las informaciones que contiene cada artículo, una lista de palabras relacionadas semánticamente con la entrada. Estas informaciones no suelen considerarse obligatorias.
Ante esta posibilidad, el lexicógrafo tiene que establecer si quiere incluir información de este tipo. En concreto, puede dar información sobre:
- sinónimos: variantes denominativas de un mismo concepto.
- hiperónimos: unidades que, dentro de un campo semántico, están en una jerarquía superior e incluyen a otros. Sería el caso de "vehículo" respecto de "coche", "autobús" o "avión".
- hipónimos: sería el caso inverso a los hiperónimos; es decir, "coche", "autobús" o "avión" son hipónimos de "vehículo".
- antónimos: unidad de sentido contrario a otra. Por ejemplo, "nuevo" respecto de "viejo" y al contrario.
Otra información que pueden contener algunos artículos del diccionario es la lista de miembros pertenecientes a la serie derivativa de la entrada. Esta información, si bien es optativa, puede ser interesante cuando en la nomenclatura del diccionario se ha decidido no incluir derivados predecibles, como los adverbios acabados en "mente". En este punto el lexicógrafo tiene que decidir si incluye o no miembros de la serie derivativa de la entrada, si las palabras que incluye son también entradas del diccionario y qué entradas debe contener la serie derivativa que quiere incoroporar.
Por otro lado, el usuario también debe decidir si incluirá la categoría gramatical de la palabra derivada.
Algunos artículos del diccionario también pueden contener una muestra de palabras compuestas que incluyan al lema como uno de sus formantes. Esta información es especialmente útil en el caso de formas prefijadas y sufijadas ya que permite al usuario del DGL inferir el procedimiento de composición. En este punto el lexicógrafo tiene que establecer si incluye o no palabras compuestas, si las palabras que incluye son también entradas del diccionario y qué entradas tienen que contener una muestra de este tipo de palabras.
Por otro lado, el usuario también debe decidir si incluirá la categoría gramatical de la palabra compuesta.
A pesar de que esta interrogación es exhaustiva, puede ser que el lexicógrafo quiera añadir algún campo no previsto. Por este motivo ofrecemos la posibilidad de incluir un campo adicional a la base de datos lexicográfica que se podrá llenar con lo que el lexicógrafo considere adecuado: notas sobre uso, indicaciones gramaticales, etc.
La estructura de un texto se refleja en su macroestructura y en su microestructura. La macroestructura afecta a la división de los párrafos acorde con los temas y el tipo de texto de que se trate. Esto supone una determinada organización de la información que caracterizará el género del texto. Así, por ejemplo, en los textos periodísticos el orden informativo de la macroestructura es piramidal. La microestructura, sin embargo, atañe a los elementos gramaticales y léxico-semánticos de los enunciados.
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